montaña

El verano nos pone a todos del revés. Dos meses en los que hacemos un paréntesis en la rutina, nos transformamos en personas más relajadas y menos atadas a las obligaciones diarias. Viajamos, pasamos días larguísimos en la playa o bañándonos en ríos, hacemos barbacoas, compartimos cenas eternas con amigos, subimos montañas, leemos, jugamos a las cartas, bailamos… A veces incluso nos permitimos no hacer nada. ¿Hay alguien que quiera que se acabe el verano?

Cena en familia, un martes cualquiera, antes del confinamiento. Mi hija mayor tiene que hacer un trabajo sobre el Sáhara Occidental para el colegio. Yo cuento que hace unos 25 años viajé a Tinduf con un fotógrafo para hacer un reportaje sobre la situación de los campamentos saharuis. “¿Y qué escribiste?”. “Nada”, le respondí.

Sofía González, asturiana, amante de la naturaleza, ha pasado de pastora trashumante (vaqueira de alzada) a empresaria de turismo activo en el Parque Natural de Somiedo (Asturias). Siente una fascinación especial por el lobo, al que ama y teme a partes iguales. Su aceptación de la presencia del lobo en la naturaleza le ha llevado a protagonizar varios documentales, uno de ellos premiado en los Óscar de los documentales.